Una muestra de aceite usado puede ahorrar mantenimientos correctivos a futuro. Como tarea propia de mantenimiento predictivo, el análisis de aceite sirve para saber cómo está funcionando un compresor de aire; saber si está en un ambiente contaminado o si las piezas mecánicas están deterioradas. Estos datos son clave: gracias a ellos se toman medidas antes de que ocurran fallas, evitando gastos y paradas de planta imprevistas.

Un estudio de aceite podría arrojar, por ejemplo, presencia de contaminantes. Podría hallarse silicio, sodio, potasio o incluso cloro, que en la actualidad es uno de los principales contaminantes, ya que muchas industrias fabrican productos con cloro. De ahí que sea fundamental monitorear el aire donde está ubicado el compresor de aire, de manera tal de asegurarse que esté en un ambiente libre de polvo y de material abrasivo.

Además de contaminantes, lo que un análisis de aceite puede arrojar es presencia de particulado, lo que nos podría indicar (dependiendo de qué partículas se trate) hasta cierto nivel de desgaste de las piezas mecánicas.

“Encontrar particulado en el análisis es un indicio para poder planificar un mantenimiento correctivo programado”, señala Matías Dominguez, Jefe de Servicio Técnico de Postventa en Sullair Argentina. “Es decir, si encontramos, por ejemplo, partículas metálicas en el aceite, se programará un correctivo. El tamaño y la cantidad del particulado encontrado será indicador de la intervención que deberá hacerse. Analizando el aceite actuaremos antes de que falle el equipo”.

El Laboratorio de Tribología inhouse de Sullair Argentina realiza estudios de aceite y entrega un informe preciso sobre el estado en que se encuentra, detallando también las acciones recomendadas que deben realizarse.

Realizar este tipo análisis sobre el aceite que está utilizando el compresor de aire es la llave que permite anticiparse a futuros inconvenientes.

Bajo la lupa: indicadores clave del análisis

Los indicadores que otorga un análisis de aceite dan muchas pistas sobre el estado del compresor y los posibles problemas que deben ser atendidos. Los principales son:

• TAN (Total Acid Number)

Es un indicador clave que mide la cantidad de compuestos ácidos presentes en el aceite. Su valor permite detectar la contaminación química que está afectando al compresor, provocada por el ambiente, el calor o la oxidación.

Un TAN elevado sugiere que el aceite se ha oxidado o contaminado con ácidos del entorno, como productos de combustión, humedad o cloro. Estos ácidos pueden causar corrosión interna en rodamientos, válvulas y cilindros. Cuando el valor supera los límites recomendados por el fabricante del compresor o del aceite, se vuelve urgente realizar el cambio para evitar daños mayores.

• Particulado

Refleja la limpieza física del aceite. Se trata de partículas sólidas en suspensión, como metales, barnices, polvo o residuos.

Estas pueden originarse por el desgaste mecánico (por fricción o uso), la contaminación externa (polvo, arena) o el deterioro del propio aceite (barnices, resinas). Y sus consecuencias pueden ir desde la abrasión de superficies internas del equipo, hasta la obstrucción de los filtros y el desgaste acelerado de otros componentes.

Un buen programa de monitoreo de aceite previene costosas fallas inesperadas y optimiza los intervalos de mantenimiento. Por eso, recordá que el cambio de aceite debe realizarse a las 2.000 horas de uso (o una vez al año si es sintético).

El aceite del compresor no solo lubrica: también habla. Leerlo a tiempo puede evitarte fallas y costos innecesarios. En Sullair Argentina tenemos el conocimiento y el respaldo para ayudarte a anticiparte. Contactanos y asegurá el rendimiento de tu equipo.