Fuente principal para accionar herramientas y maquinaria, los equipos de aire comprimido son fundamentales en la mayoría de las industrias. Resultan indispensables para llevar adelante infinidad de proyectos y se convierten en piezas clave para varios procesos. Su correcto mantenimiento preventivo, como no podía ser de otra manera, ocupa un rol central.

Tal es así que no realizarlo en tiempo y forma según indica el manual de uso, podría acarrear resultados indeseables y costosos, tanto para el equipo en sí mismo como para el proceso productivo en su conjunto.

¿Y qué tipo de daños o problemas sobre el equipo podría traer un nulo o deficiente mantenimiento? Aquí solo algunos de ellos:

• Filtros tapados, pérdidas de aceite y apalancamiento de los tornillos del compresor. Esto es lo que sucede cuando, por ejemplo, se utilizan aceites no recomendados por el fabricante.
• Taponamiento de los filtros del compresor. Esto pasa cuando se trabaja en lugares invadidos por el polvo o que están muy sucios. Los equipos deben trabajar en espacios libres de suciedad y polvo.
• Aumento de temperatura de operación del equipo, lo que conduce a un gasto de mantenimiento adelantado. Los compresores de aire se calientan cuando están ubicados en un espacio inadecuado, lejos de una fuente de ventilación o directamente en un sitio cerrado.
• Fallas eléctricas. Los equipos están diseñados con tolerancias muy estrictas para que sean capaces de funcionar de manera eficiente. Si al motor eléctrico lo hacemos funcionar con voltajes muy bajos o muy altos, aparecerán las fallas eléctricas.

Evitar que comience con estas u otras fallas e incluso prolongar la vida útil del compresor de aire es algo que se logra respetando las tareas de cuidado que indica el fabricante. En ese sentido, es importante hacer los servicios de mantenimiento que este indique en tiempo y forma y utilizar siempre piezas y repuestos originales.

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