Tecnología LED para las Torres de iluminación
Incorporamos lámparas más duraderas y amigables con el medioambiente.

Recientemente, Sullair Argentina incorporó a su flota de alquiler torres de iluminación de producción local y transformó torres a la tecnología led. “La respuesta natural al crecimiento de la demanda y las dificultades para incorporar equipos fabricados en el exterior, llevaron al desarrollo de proveedores locales. Adicionalmente, buscando generar más servicios al cliente, se transformaron en el país torres de la tecnología haluro a la led”, señala Marcelo Vidoni, jefe de alquileres de torres de iluminación de Sullair Argentina.
Las torres de iluminación son requeridas en diferentes ámbitos: espectáculos, eventos deportivos, trabajos de minería, obras civiles, entre otros. La demanda es muy variada y en diversas regiones del país. Contamos con más de 200 torres de iluminación en la flota de alquiler, de las cuales el 25% ya es de producción nacional. “Hace dos años teníamos unas 100 torres, pero ahora cada vez más clientes nos solicitan este servicio. Al dificultarse la importación, comenzamos a buscar proveedores locales pero el producto no cumplía con el standard de calidad que requería Sullair. Por lo tanto, se trabajó en forma conjunta con sus ingenieros para lograr un producto acorde a nuestras necesidades”, relata Vidoni. “Este trabajo conjunto permitió obtener un equipo de calidad fabricado en Argentina”.
El éxito obtenido en cuanto a calidad y prestación de las torres nacionales animó a Sullair a buscar soluciones para dos complicaciones históricas en este negocio. Por un lado la rotura de las lámparas, un problema muy frecuente en los traslados y por el otro el menor rendimiento de las luces cuando se utilizan para la minería en zonas de altura (por encima de los 2000 metros sobre el nivel del mar).
“En las lámparas de haluro, la iluminación se genera pasando un arco eléctrico a través de una mezcla de gases. Pero con las vibraciones que se generan durante el transporte, sobretodo en rutas de ripio, suelen romperse. En las aplicaciones de Oil & Gas en Neuquén o en la Patagonia, por ejemplo, suele suceder que se averíen periódicamente”, explica Vidoni. “Por otra parte, cuando las torres de iluminación funcionan en lugares elevados, los motores están sobre-exigidos porque la densidad del aire es menor producto de la disminución de la presión atmosférica. Esto genera dos efectos negativos en los motores. menos refrigeración porque el ventilador empuja menos masa de aire menor eficiencia del motor porque le ingresa menos aire a los cilindros para producir la explosión. Este efecto combinado produce en las aplicaciones en altura, se apagan en forma preventiva dos de las cuatro lámparas que tienen las torres, para no sobre exigir a los motores”.
La conversión a LED
Las lámparas LED, Light-Emitting Diode, [diodo emisor de luz] tienen una serie de ventajas comparativas respecto de sus pares de haluro: una mayor vida útil (50000 horas vs 15000 horas), encendido y reposición instantánea, porque no tienen balasto; menor desgaste del motor (consumo eléctrico 1650W vs. 4000W, -42%), menor consumo de combustible (aprox -25%), una mejor temperatura de color, 6000 k vs 3800 k , un mantenimiento más simple y, adicionalmente, no atraen insectos. En consecuencia, consumen menos energía y se pueden utilizar en la altura con las cuatro luminarias encendidas simultáneamente, sin riesgo para el motor. El proveedor local que desarrolló Sullair, fabricó especialmente lámparas LED en Argentina con este objetivo. Los prototipos fueron analizados por el área de Ingeniería y luego testeadas en los clientes. “Se probaron en los traslados, en la altura y con diversos niveles de exigencia. La respuesta y valoración de nuestros clientes fue muy buena”, señaló Vidoni, “Se compararon con las estándar de haluro y las mediciones dieron muy bien”. La fabricación nacional garantiza la provisión de repuestos, cuya demanda será significativamente menor por la larga vida útil de las luces. Por otra parte, la tecnología led permite que si se quema uno de los puntos del multichip, el resto sigue funcionando. Ya se transformaron 25 torres de iluminación a LED, y gradualmente se irá haciendo el cambio en el resto de la flota de alquiler. “No hay dudas de que es el futuro. La definición, la calidad de la luz, la vida útil, el menor consumo, la simplicidad de uso –sin balastos– y el arranque inmediato son todas ventajas. La percepción de calidad de luz es mejor, porque el LED genera luz blanca que tiene todo el espectro de longitudes de onda. Entonces se ve más nítido. La luz amarilla no muestra los colores como realmente son. La intensidad lumínica es menor medida en lux, pero por ser luz blanca, la sensación al ojo humano es que ilumina mejor”, concluye Vidoni.
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