Ruta 150: la obra vial más compleja del país

Desde el mismo momento en que se proyectó, se conoció como la obra vial más compleja y por lejos más cara de la Argentina, con cada kilómetro valuado al doble que una autopista. Se trata de la construcción en la provincia de San Juan de 12 kilómetros de la Ruta 150 que serán parte del Corredor Bioceánico que comunicará el centro del país con los puertos del Pacífico y el Atlántico, a través del Paso del Agua Negra que une Argentina con Chile. “La idea es que los camiones que ingresan desde Brasil y se dirigen a Chile actualmente por el paso fronterizo de Mendoza lo hagan por San Juan, para acortar distancias”, explica Javier Sayavedra, gerente de la sucursal Mendoza de Sullair Argentina, responsable de los negocios de la región y a cargo de la relación con el cliente desde 2009.

La obra valuada en 235 millones de pesos justificaba los valores por la perforación de seis túneles en la montaña y la construcción de tres puentes para atravesar los ríos De la Peña y León, en el departamento de Valle Fértil (donde está el yacimiento de dinosaurios de Ischigualasto), además de una carretera asfaltada con medidas de seguridad para el transporte internacional de cargas.

Durante los cinco años de obra, la sucursal Mendoza alquiló una importante cantidad de equipos. Entre ellos, topadores, retroexcavadora, cargadoras, grupos electrógenos, torres de iluminación y manipuladores telescópicos con canasta que se convirtieron en un equipo fundamental. “Una vez hecho el túnel, desde la misma canasta los operarios colocan unas cerchas –como unas estacas– que sostienen el techo para evitar derrumbes”, comenta Sayavedra.

Mientras que la parte vial está en su etapa final, un equipo llegado directamente de España se encarga de la colocación de una malla anti derrumbe a lo largo de toda la ruta. “Los operarios colgados con arnés de la montaña utilizan unos martillos neumáticos que se mueven con los compresores de Sullair para perforar la roca y colocar las estacas que sostienen la tela”, detalla el gerente la tarea específica que busca evitar futuros desprendimientos de rocas, ya sea por algún temblor o por la acción del viento: una técnica muy novedosa para la Cordillera de los Andes.

Durante más de un año y medio, el tiempo más crítico, la obra fue la más importante y representativa de la sucursal, que se encontraba a sólo 400 kilómetros del lugar exacto donde se construía este tramo crucial de la Ruta 150. Al estar casi permanentemente los técnicos en obra por la cantidad de equipos alquilados, los tiempos de respuesta ante cada solicitud del cliente se hacían cada vez más cortos. “El personal de servicio técnico siempre respondió bien y en los tiempos establecidos, y cuando tuvimos algún problema Sullair cambió la máquina”, explica Javier Sayavedra. “Esto marca la diferencia cuando un cliente tiene que elegir una empresa que le brinde un servicio: por eso prefieren a Sullair, porque muchas veces las máquinas no se pueden reparar y con nuestra flota podemos cambiarla en 24 horas”.