Código, un nuevo mural de Sullair Cultura
“Código” es el nombre del nuevo mural que activa la esquina de Gonçalves Días y Luján, en el barrio de Barracas. Es una ochava muy particular que desafió particularmente al artista: molduras, ventanas de todo tamaño, rejas, distintas texturas, relieves caprichosos. Además, para ver la obra en su totalidad, no basta con un solo punto de vista. Hay que recorrerla, caminar la vereda, asomarse hacia la otra calle, volver sobre los pasos y cruzar en diagonal para verla completa.
Para Chu –Julián Manzelli– estas características son las que hicieron más atractiva la propuesta. El artista ya había trabajado sobre este muro hace cuatro años, pero el paso del tiempo hizo su parte y la obra cumplió su ciclo de vida. Para reintervenir esta esquina, primero se propuso mejorar el soporte para estirar la vida de la obra, se trabajó en la recuperación de la pared con espátula, fijador, material y una buena base para arreglar el muro.
“A la hora de componer me propuse usar esas ventanas y esos cortes en las paredes para ir plantando formas sobre esas líneas. Trabajé sobre una foto, y a partir de allí hice croquis a la vieja usanza: con lápiz y papel hice varias pruebas. Cuando tengo el diseño definido, juego con los colores en la computadora, que me da opciones infinitas. Igual siempre trabajo con una paleta bastante definida, me gustan mucho el amarillo y el naranja, son colores positivos”, revela Chu.
Para los artistas urbanos, el contexto siempre es fundamental
En este caso, es una esquina transitada por los vecinos en un barrio con una fuerte impronta, lindero al Riachuelo, donde prima una arquitectura que va desde los grandes paredones de galpones hasta las viejas casas chorizo que quedaron de los inmigrantes que recalaron en Buenos Aires. “Antes de trabajar en una intervención, siempre hay una interacción con los vecinos, que suelen participar con mucho entusiasmo de estas iniciativas.
El propietario de este lugar, un taller de reparación de parabrisas, nos dio total libertad y colaboró con nosotros en cada etapa. Y luego los vecinos se apropian de estas obras en el barrio. Hay mucho respeto. Incluso algunos quieren participar y piden que se incluya el escudito del club de fútbol o el nombre de sus hijos”, sonríe Chu.
“Código” propone distintos puntos de vista
Mi trabajo es bastante abstracto y me gusta jugar con el movimiento, con las perspectivas, ver cómo se van acomodando las líneas, volúmenes que se van armando dependiendo de dónde se mira. Cuando trabajo con la geometría me concentro en eso. Y esta obra da la sensación de un código a través de formas y composiciones”, agrega el artista. Ingresá a Sullair Cultura para conocer todos nuestro proyectos.
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