Cerámica Fanelli: una historia de éxito
Tres compresores de aire Sullair proveen de aire comprimido.
Entrar a Cerámica Fanelli es ingresar a un universo en movimiento: cintas que transportan tierra, bizcochos de barro, ladrillos cocidos, pallets de productos. El sonido de las máquinas es continuo y en los 50.000 m² de la planta sólo se respira producción. Es durante las 24 horas, los 365 días del año. Sin pausas, sin interrupciones.
El corazón de la fábrica está en la sala de compresores, donde tres equipos de Sullair Argentina: un compresor de aire S-Energy 4509 y dos LS 12-60, proveen de aire comprimido a todas las máquinas que producen las 50.000 toneladas de ladrillos mensuales. La cadena de producción se inicia en la recolección de tierra cruda, que luego se mezcla con arena y cascarilla de arroz y finaliza en el retiro de los pallets de ladrillos cocidos del horno que se almacenan en la playa de almacenamiento, para ser cargados por alguno de los 100 camiones diarios que despachan la mercadería.
Todo funciona íntegramente con equipos neumáticos que nunca se detienen
“Empezamos en 1949 haciendo ladrillos macizos a mano y hoy tenemos una de las fábricas más grandes de Sudamérica”, relata orgulloso Nazareno Fanelli, presidente de la empresa. Hoy puede ver los resultados de quien arriesgó e invirtió, tomando deuda por un monto millonario, apostando al crecimiento y al desarrollo contra todo pronóstico. Compró tierras alrededor de la fábrica, reemplazó los viejos hornos con otros más modernos e importó máquinas de Italia que hacen el proceso completo: la eliminación de impurezas de la materia prima, el amasado, el extrusado, el laminado, el corte y, finalmente, el secado antes de entrar a los hornos. Luego de ser cocidos y enfriados, pasan por una línea automática que realiza el estibaje y la distribución.
“En todo este proceso trabajan unas 150 personas, porque la fábrica no para nunca. Es fundamental contar con equipos que nos garanticen el funcionamiento continuo de las máquinas, por eso pusimos mucha atención en la elección de los compresores de aire, que deben ser de primera calidad”, sostiene Fanelli.
“A la vez, priorizamos la respuesta inmediata en los servicios, porque no podemos perder un día de producción. El resultado que nos da contar con el servicio de Sullair Argentina es óptimo. Ha respondido siempre, incluso cuando éramos pequeños y teníamos un solo compresor”.
Cerámica Fanelli está trabajando en la ampliación de su planta productiva, a la que está sumando un compresor y un secador de aire, que acompañarán su crecimiento. Así será, seguramente, en el corto plazo, una de las fábricas más importantes en su rubro a nivel mundial.
COMENTARIOS
Respuesta para Juan